miércoles, 28 de mayo de 2008

Sopa a la atacameña

Esta es la foto de mi almuerzo a solas conmigo misma de hoy. No es que me guste almorzar sola, pero en esta etapa de búsqueda de trabajo suelo estar mucho en casa y bueno, como mi compadre afortunadamente sí que trabaja, pues muchas veces termino en compañía conmigo misma.  Aunque hemos de reconocer que muchas veces a última hora, me baja un no-sé-qué y salgo en estampida a la casa de mi santa madre.
A mi santa no le importa que yo llegue de improviso, dice que para eso soy la única hija y siempre tiene algo para darme, además de la comida, claro. Es como ir al mall, siempre me llevo una bolsa con cosas: ropa que ella dice que ya no se pone, velas, clavitos que necesito, así no paso a la ferretería, e incluso alguna frutita para que no pase al supermercado.
Hoy en cambio decidí quedarme aquí, muchas cosas por hacer. Aproveché la sopa de la comida de ayer y únicamente me hice un huevo a la copa, para rellenar, ah! y una tostada de pan para acompañar. (No sé por qué mientras describo todo esto me siento un tanto glotona, y por eso que el postre, como no se ve, aquí no lo pienso poner).
La verdad tampoco habían muchas opciones, la ida al súper urgía. De hecho la sopa fue el último suspiro del refri. Me inspiré recordando un viaje a San Padro de Atacama, con eso de que mejor no comer carne por el apunamiento, en todos los sitios siempre tenían sopa de verduras, pero sin pasar por la miniprimer, simplemente la verdura picada. 
La hice de la siguiente manera:
1. Piqué en tiras finas o en juliana: media cebolla, medio zapallito, un tomate, una zanahoria grande, 1/4 de pimiento verde y lo eché todo a una olla grande junto con un par de hojas de laurel.
2. Rehogué todo con un poco de aceite de maravilla y revolví mientras aliñaba para que se dore un poco todo y coja sabor. Los aliños que usé, fueron: merkén, pimiento,  jengibre en polvo, sal y pimienta.
3. Luego le eché unos cuantos vasos de agua caliente, unos 5 o así. Los suficientes para que no queden las verduras ni muy flotantes a la deriva, ni muy enjutas.
4. Creo que hasta todo estuvo listo, fueron unos 30 min. La verdad, que aún con todo hemos de reconocer que algo aguachirri estaba, así que con el asesoramiento de mi compadre le echamos una generosa cucharada de tomate envasado, uno italiano exquisito que parece natural la revolvimos unos minutos y a la mesa.
5. Pero no sin un toque final: en unos pocillos aparte, pusimos cilantro picado y alga picada (de la misma que se usa para los sushi), para ponerle a gusto de cada uno.

Aunque mi compadre se tomó dos platos, obviamente no fue nuestra única comida. Le antecedieron unos wraps. Pero esa es otra larga receta que hoy hemos mejorado y que voy a escribir a continuación.


No hay comentarios: